Las lunas de mis pechos aguardan
a que mi amante descanse entre ellas y surjan de nuevo las estrellas después de reposar en mi regazo.
Te ofrezco el descanso anhelado
el sueño eterno del amante enamorado la dulzura de las mieles escondidas
mi naturaleza salvaje desnuda y vacía para que tú la llenes con tu esencia
de hombre, de años y rutas vividas.
Tu experiencia acumulada para mí
mi sabiduría milenaria reservada para ti.
Te ofrezco un mundo nuevo
un nuevo orden, una nueva forma de amarse un regazo donde descansar.
Mis dos lunas aguardan por ti.
MILA MENDOZA